Contrariamente al mito, Latinoamérica tiene relativamente pocas armas de propiedad civil, ya sea legal o ilegal. Pero esto no ha evitado soportar altas tasas de delitos violentos.
Con demasiado tiempo y dinero en sus manos, los fiscales federales ahora han convertido los acuerdos privados de baloncesto en un asunto para el enjuiciamiento penal federal.
A pesar de las estrictas medidas de control de armas, las tasas de homicidios de Brasil se encuentran entre las peores del mundo. Ahora hay un movimiento para permitir que más brasileños se defiendan con la propiedad privada de armas.
Las tasas de homicidios en EE. UU. permanecen muy por debajo de donde estaban hace 25 años, y las tasas de homicidio tenazmente altas son un problema regional, no nacional.
Si bien la Segunda Enmienda es una barrera formidable, la experiencia sugiere que una combinación de regulación burocrática y fallos judiciales podría empoderar significativamente al lobby de control de armas.
Los defensores afirman que si el gobierno simplemente "toma medidas enérgicas" aún más duro, el problema de las drogas se resolverá. La realidad en México y Filipinas muestra cuán equivocada es esta idea.